Escribir una entrada de un blog educativo o hablar de procesos de aprendizaje hoy día sin hablar de lo que la pandemia nos hizo reconsiderar no es posible.
El Covid-19 nos trajo a los educadores una nueva etapa de enseñanza, si bien ya hablamos de incluir tecnología en nuestras clases, entendimos que quizás aún no habíamos hecho la tarea completa y que además veníamos con presuposiciones de nuestros estudiantes que no eran ciertas.
Una de ellas que eran los famosos nativos digitales. Crua (2020) los define como “aquellos jóvenes que tienen una habilidad innata del lenguaje y del entorno digital ya que han adoptado la tecnología en primera instancia. Las herramientas tecnológicas ocupan un lugar central en sus vidas y dependen de ellas para todo tipo de cuestiones cotidianas”. Lamentablemente, las redes sociales por sí solas no nos hacen nativos digitales, esto fue algo que nos mostró la nueva modalidad de estudio: la telepresencialidad.
Además de esto, los docentes nos dimos cuenta que aparte de que muchos de nuestros estudiantes no dominaban la tecnología como esperábamos, no eran lo suficientemente autónomos y pocos se colaboran y cooperan entre sí.
La situación se complicó aún más porque los profesores tampoco estaban tan preparados para este nuevo desafío. Sin embargo, como buenos guerreros leales sacamos el barco a flote y descubrimos nuevas formas de enseñar y con ello, el aprender a usar diferentes herramientas tecnológicas.
Un año después, en medio del virus, pérdidas humanas (algunas más cercanas que otras) y en nuestro querido país protestas por todas las grandes ciudades, acá estamos en pie de lucha, con ganas de seguir aprendiendo. Y bien, vamos a seguir aprendiendo y hablando de herramientas digitales.
Hoy en día la red nos brinda un sin número de páginas y aplicaciones (apps) que son nuestra mano derecha en este momento, pero esto también nos ha mostrado que no todos nuestros estudiantes tienen acceso a ellas, bien sea por falta de conocimiento o de recursos, aunque esto no debe ser una excusa para no incluir tecnología en nuestras clases.
De hecho, la inclusión de tecnología a nivel académico, trae más ventajas que desventajas, con ellas podemos desarrollar diferentes habilidades, tales como las socioemocionales, pensamiento crítico, trabajo autónomo.
De acuerdo con la fundación AQUAE (n.d) hay diez ventajas de las TICs (Tecnologías de la Información y Comunicación) en la educación, que además de las mencionadas anteriormente, facilitan la comprensión, fomentan la alfabetización digital y audiovisual, flexibilizan la enseñanza, mejoran la comunicación entre la comunidad educativa, renuevan los procesos de enseñanza aprendizaje y se aprovecha más el tiempo de clase.
Como podemos darnos cuenta, la inclusión de tecnología en nuestra clase es beneficiosa no solo para nuestros estudiantes sino también para nosotros los docentes. De igual manera, lo más importante es continuar aprovechando el uso de estas herramientas, aún cuando volvamos a la presencialidad.
Para continuar hablando de las herramientas y su influencia en el desarrollo del trabajo autónomo, colaborativo y cooperativo, revisemos sus definiciones para luego adentrarnos en sus características y su relación con el uso de la tecnología.
El aprendizaje autónomo es el saber, refiriéndose al conocer el aprendizaje propio, reconociendo debilidades y fortalezas durante el proceso propio de aprendizaje; el saber hacer que permite al estudiante comprobar que su proceso de aprendizaje fue exitoso; y el querer que hace referencia a la motivación del estudiante frente a su proceso de aprendizaje y su aplicabilidad en su realidad (Aebli en Fuentes & Machorro, 2014).
Es decir, lo que los estudiantes son conscientes de su aprendizaje, reconocen qué pueden y no hacer, cómo mejorar sus debilidades y qué los motiva realmente a aprender.
Por otro lado, el aprendizaje colaborativo y cooperativo aunque suenen similares tienen sus diferencias. Según Delgado (2017) “mientras en el aprendizaje colaborativo los estudiantes son quienes diseñan su estructura de interacciones y mantienen el control sobre las diferentes decisiones que repercuten en su conocimiento, en el cooperativo es el profesor quien diseña y mantiene el control sobre la estructura y dinámica de interacciones, además de los resultados”.
Se puede decir entonces, que el aprendizaje colaborativo es cuando pedimos a los estudiantes hacer una actividad y ellos se reúnen por iniciativa propia y se colaboran entre sí para realizarla, mientras que en el cooperativo los docentes diseñamos actividades para sean realizadas en grupo y cooperen entre sí para lograr el objetivo de la actividad.
Entonces bien, el aprendizaje autónomo funciona a nivel individual y de tomar conciencia frente al proceso de aprendizaje propio; el aprendizaje cooperativo y colaborativo se da en grupos, donde los estudiantes trabajan juntos con el fin de lograr un objetivo común, pero el cooperativo lo diseña el docente y el colaborativo se da por voluntad del estudiante.
Una vez revisadas las definiciones de aprendizaje autónomo, colaborativo y cooperativo, revisemos entonces cómo algunas herramientas tecnológicas nos pueden ayudar a desarrollar este tipo de aprendizajes.
Como se mencionó anteriormente, la red nos ofrece muchas opciones de páginas y aplicaciones para aprender, literalmente, lo que sea. Por ello, debemos aprovecharlas y mejorar nuestra metodología de enseñanza. En la lista de herramientas, podemos encontrar desde aplicaciones para comunicación como Whatsapp y sus grupos hasta redes sociales educativas como Edmodo que incluye mensajería, herramientas de creación de juegos y evaluaciones, encuestas de bienestar, hasta uso de gifs en el muro de cada clase.
A continuación se hará un abrebocas de la herramienta digital Padlet y cómo incluirla en nuestras clases, y de una herramienta análoga como Power Point para crear nuestro propio material.
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Brown en Teaching by Principles (2007) propone el concepto de lección y la define como “un conjunto de procedimientos para desarrollar en un período específico con el fin de alcanzar unos objetivos que a su vez contribuyen al cumplimiento de unas metas abarcadoras”. Así, en esta era digital podemos realizar estas lecciones de una forma más dinámica.
Para la creación de material es importante tener en cuenta que la creatividad del maestro se pone a prueba; por ende desarrollarlo requiere de tiempo y paciencia; lo interesante es que durante la creación y la aplicación de este material, podemos desarrollar una relación más cercana con nuestros estudiantes, puesto que ellos empezarán a estar más activos y seguramente te harán saber que les ha gustado.
Algunas recomendaciones para elaborar esos documentos son las siguientes: seleccionar una paleta de 3 colores, y una fuente e imágenes llamativas; dentro de las actividades es importante incluir por ejemplo juegos (gamificación), actividades de mindfulness para desarrollar la inteligencia emocional, y otras actividades que tengan calificación inmediata, lo que permitirá a los estudiantes ver su proceso de aprendizaje de manera más consciente.
Para concluir, podemos decir que la situación a la que se enfrenta el mundo en estos momentos, ha creado una serie de aprendizajes y reflexiones académicas que debemos tener en cuenta los docentes al volver a nuestros salones. Si bien es cierto que existe una variedad de plataformas que nos ayudan a que nuestra enseñanza sea más dinámica, es importante también que las exploremos con ojos de aprendiz y que nos pongamos en el lugar de nuestros estudiantes. Al realizar este ejercicio, nuestra creatividad y resiliencia aumentará. Además usar diferentes tipos de herramientas, con una lecciones y unidades más estructuradas, le permiten al estudiante ser más autónomo, colaborador y a cooperar más fácil.
Las herramientas tecnológicas llegaron para quedarse, por esta razón exploremos, evaluemos y saquémosles el mejor provecho, mientras aprendemos de la mano con nuestros estudiantes.
Autora: Derly Meliza Céspedes R, docente del Programa de Educadores Seguros Bolívar – ÚNICA
Este contenido es una iniciativa del Programa Educadores Seguros Bolívar: Ser docente, ser transformador
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Referencias
Brown, D (2007) Teaching by principles https://octovany.files.wordpress.com/2013/12/ok-teaching-by-principles-h-douglas-brown.pdf Recuperado Julio 2, 2021
Crua, C (2020) – Nativos Digitales: todo lo que debes saber sobre la nueva Generación Z
https://www.iebschool.com/blog/nativos-digitales-digital-business/ Recuperado junio 30, 2021
Delgado. K (2017) Diferencias entre el aprendizaje cooperativo y el aprendizaje colaborativo. Revista Magisterio https://www.magisterio.com.co/articulo/diferencias-entre-el-aprendizaje-cooperativo-y-el-aprendizaje-colaborativo Recuperado Julio 1, 2021.
Fundación AQUAE (n.d) 10 ventajas de las TIC en educación. https://www.fundacionaquae.org/beneficios-nuevas-tecnologias-educacion/ Recuperado Julio 1, 2021
Fuentes, V & Machorro, M (2014) El desarrollo de aprendizaje autónomo a partir de la identificación de los estilos de aprendizaje. Vida cientifica- Boletin cientifico de la preparatoria vol 2 N° 4 Julio 2014 ISSN 2007-49-05 https://www.uaeh.edu.mx/scige/boletin/prepa4/n4/e19.html Recuperado Julio 1, 2021.
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